jueves, 6 de octubre de 2011

Los gitanos en Brasil

No hay muchos documentos escritos sobre la historia gitana, una vez que su lengua es ágrafa, o sea, sin grafía, no dejaron registros. La sinformaciones llegan a través de la oralidad de sus descendientes y de decretos legales, en contra, casi siempre.

Sólamente a partir del siglo XVII se tiene un registro formal de la migración gitana en Brasil. Gran parte de ellos provenientes de Portugal, donde llegaron en la mitad del siglo XIV y España, más precisamente del reino de Castilla. 

En 1686, el entonces Rey de Portugal y Algarves, Don Pedro, establece un decreto donde expulsa todo gitano presente en suelo portugués hacia las colonias de Brasil y Angola. Sin embargo, las historia gitana en Brasil empieza mucho antes, aún en 1574, cuando el gitano João Torres llega al país con su mujer e hijos, huyendo de las hogueras católicas portuguesas.   

En el estado de Minas Gerais, la presencia gitana es sentida a partir de 1718 y en Rio de Janeiro, llegan aún en 1700, en las cercanía de Santana, donde empiezan a alabar a esta santa de orígen católico por ser el nombre del lugar que los acogió. Los gitanos la llaman Gitana Vieja.

En Brasil, los gitanos estan dividios, en su mayoría, en dos grupos: Los Kalderash y los Cale. Los Kalderash aún se dividen en subgrupos, como Tchurara, Lovari, Matchuara. Y los Calé, son los gitanos provenientes de Portugal y España y son muy encontrados en Norte y Noreste de Brasil, Minas Gerais y parte de San Pablo.

La constitución brasileña de 1988, presenta un artículo para los gitanos, donde se determina el respeto hacia esta minoria étnica. El ministro de la cultura de este año, puso una ley que prohibía cualquier tipo de discriminación racial o étnica.

    Los gitanos son protegidos por los artículos 215 y 216 de la constitución, que manda respetar, preservar y proteger el patrimonio cultural brasileño, el cual agrupa los modos de ser, vivir , expresarse y producir de todas las razas y etnias que formaron parte del proceso civilizatorio nacional.

     Como toda minoria étnica (sea religiosa o linguistica) en territorio brasileño, los gitanos tiene derechos importantes. El primero es el derecho de no ser objeto de discriminación. 

Y así tiene que ser. Un pueblo alegre, fascinante, amante de la naturaleza, que sabe respetar sus niños y sus viejos, que conservan sus origenes y sus tradiciones a pesar de toda persecución y barbaridades sufridas, merece sí, ser respetado.

     De nada sirve declarar igualtad de derechos, humanidad hacia los desheredados del mundo, si no tienen una gota de respeto hacia una raza, no importando la razón. Hay gente mala y buena en todos los ámbitos religiosos y étnicos. Y todos, sin mirar su creencia, color, o origen, deben ser respetados como miembro de la raza humana antes de separarlo en un grupo.


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